La acogida de los responsables del proyecto cooperativo LES ENTENTES fue muy satisfactoria, y nos alojaron a mis compañeras, Guinette congo-belga y Marta de Italia, entre cada una de las familias del equipo.
Mis compañeras fueron muy afortunadas pues participaban más en las tareas del hogar y la amistad con las mujeres. Mientras que yo vivía en el poblado de Lamine que estaba solo, lo cual me permitía relacionarme con el grupo de vecinos de mi poblado.
Hacía mis tareas corrientes sin distinción de género, lo cual sorprendía a todos, pues allí ciertas cosas están reservadas al trabajo femenino.
También me apasionaba colaborar en la recolección de los cacahuetes y valorar el trabajo de todos para soportar la dureza del campo y la presión del mercado.
Como me era difícil compartir la escasa comida de la familia yo compraba lo que necesitaba en los pueblos próximos, y eso me permitía saber como funcionaba el comercio y la economía de intercambio.
En esta época se celebró la fiesta musulmana del cordero TABASKI, y fue interesante como los pobres vestidos de cada día se cambiaban por lujosos trajes de maravillosos colores y dibujos.
Conversábamos con tranquilidad de todos los temas, y sentíamos el cariño, la cercanía y el respeto mutuo a nuestras ideas y las suyas. He escrito varias veces para seguir en relación pero las cartas no llegan pues hasta el precio de un sello es una fortuna.